Antes de juzgar a una persona
Cuando viene a visitarme la señora Razman, nunca me pregunta nada acerca de ti, pero sé que te considera una ingrata. “Los jóvenes –dice a veces– no tienen corazón, no tienen el respeto que tenían antaño”.
A fin de que no prosiga, yo asiento, pero para mis adentros estoy convencida de que el corazón sigue siendo el mismo de siempre, solo que hay menos hipocresía, eso es todo.
Los jóvenes no son egoístas por naturaleza, de la misma manera que los viejos no son naturalmente sabios. Comprensión y superficialidad no son asuntos de años, sino del camino que cada uno recorre.
En algún sitio que no recuerdo, hace muchos años, leí un lema de los indios americanos que decía: “Antes de juzgar a una persona, camina durante tres lunas con sus mocasines”.
Vistas desde fuera, muchas existencias parecen equivocadas, irracionales, locas. Mientras nos mantenemos fuera es fácil entender mal a las personas, sus relaciones. Solamente estando dentro, solamente caminando tres lunas con sus mocasines, pueden entenderse sus motivaciones, sus sentimientos, aquello que hace que
una persona actúe de determinada manera.
La comprensión nace de la humildad, no del orgullo del saber.
Susana Tamaro. “Donde el corazón te lleve”. 1994.
A fin de que no prosiga, yo asiento, pero para mis adentros estoy convencida de que el corazón sigue siendo el mismo de siempre, solo que hay menos hipocresía, eso es todo.
Los jóvenes no son egoístas por naturaleza, de la misma manera que los viejos no son naturalmente sabios. Comprensión y superficialidad no son asuntos de años, sino del camino que cada uno recorre.
En algún sitio que no recuerdo, hace muchos años, leí un lema de los indios americanos que decía: “Antes de juzgar a una persona, camina durante tres lunas con sus mocasines”.
Vistas desde fuera, muchas existencias parecen equivocadas, irracionales, locas. Mientras nos mantenemos fuera es fácil entender mal a las personas, sus relaciones. Solamente estando dentro, solamente caminando tres lunas con sus mocasines, pueden entenderse sus motivaciones, sus sentimientos, aquello que hace que
una persona actúe de determinada manera.
La comprensión nace de la humildad, no del orgullo del saber.
Susana Tamaro. “Donde el corazón te lleve”. 1994.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home