Citas para la reflexión

09 abril, 2006

“¿Cuánto de muerte y sufrimiento costará tu victoria?”

Hubo un silencio.
Dios y el Diablo se miraron de frente por primera vez, ambos dieron la impresión de ir a hablar, pero nada ocurrió.

- Estoy a la espera –dijo Jesús.
- ¿De qué? –preguntó Dios, como si estuviera distraído.
- De que me digas cuánto de muerte y sufrimiento va a costar tu victoria sobre los otros dioses, con cuánto de sufrimiento y de muerte se pagarán las luchas que en tu nombre y en el mío sostendrán unos contra otros los hombres que en nosotros van a creer.
- ¿Insistes en querer saberlo?
- Insisto.
- Pues bien, se edificará la asamblea de que te he hablado, pero sus cimientos, para quedar bien firmes, tendrán que ser excavados en la carne, y estar compuestos de un cemento de renuncias, lágrimas, dolores, torturas, de todas las muertes imaginables hoy y otras que sólo en el futuro serán conocidas.


- Al fin estás siendo claro y directo, sigue.
- Para empezar por alguien a quién conoces y amas, el pescador Simón, a quién llamarás Pedro, será, como tú, crucificado, pero cabeza abajo, y crucificado será también Andrés, pero en una cruz en forma de aspa, al hijo de Zebedeo, a ese que llaman Tiago, lo degollarán.
- ¿Y a Juan y a María de Magdala?
- Ésos morirán de su muerte natural, cuando se acaben sus días naturales, pero otros amigos tendrás, discípulos y apóstoles como los otros, que no escaparán del suplicio, es el caso de un Felipe, amarrado a la cruz y apedreado hasta que acaben con su vida, un Bartolomé, que será desollado vivo, un Tomás, a quién matarán de una lanzada, un Mateo, que ahora no recuerdo como morirá, otro Simón, serrado por el medio, un Judas, a mazazos, otro Tiago, lapidado, un Matías, degollado con hacha de guerra, y también Judas de Iscariote, pero de ése tú sabrás más que yo, salvo la muerte, con sus propias manos ahorcado en una higuera.

- ¿Todos esos tendrán que morir por ti?
- Si planteas la cuestión en esos términos, sí. Todos morirán por mí. Y después, después, hijo mío, ya te lo he dicho, será una historia interminable de hierro y sangre, de fuego y de cenizas, un mar infinito de sufrimientos y lágrimas.

José Saramago. “El evangelio según Jesucristo”. 1991.